NUESTRO BETIS

La historia es así; cuando mejor lo hemos tenido en las distintas etapas por las que ha pasado nuestro club en los casi cien años que le contemplan, siempre ha ocurrido algo que ha hecho que todo se venga abajo y, con ello, que nuestra afición se venga arriba con la misma fuerza que se hunde la nave. Así es el Betis, el equipo que es capaz de ganar una Copa del Rey (la primera) y luego bajar a segunda; el mismo que elimina a todo un F.C. Barcelona y luego es vapuleado por equipos de medio pelo en la división de plata y el mismo que gana una Copa del Rey hace un año y medio, que hace un año jugaba la máxima competición europea y que, desgraciadamente, tiene números de equipo descendido cuando acabe la competición liguera de este año (las matemáticas son así de duras).
Sin embargo, como digo, la afición (los 18.000 que nos sacamos los carnés en las duras y en las maduras; no confundir con aquellos béticos de taberna..., ni con aquellos que ahora glorifican las "estructuras" del eterno rival,...) vamos al estadio como si nada ocurriese, nos vamos a nuestro asiento con tiempo de sobra, nos ilusionamos con las alineaciones (hoy juega Arzu con Assunçao, ha puesto a Capi de titular,...), recibimos al equipo cuando sale a calentar con una de esas ovaciones que solo el Villamarín sabe dar y sabemos que, pase lo que pase, siempre vamos a estar junto a él.
Es triste ver todo lo que ocurre dentro de nuestro club, pero los béticos de verdad, los béticos de corazón sabemos que, tarde o temprano, esto se arreglará y que volveremos a ser, ante los ojos de toda España, uno de esos equipos que luchan por cosas importantes en las competiciones en las que juegue; porque ante nuestros propios ojos el Real Betis Balompié es el club más grande que existe en todo el mundo y, p0r ello, el domingo estaremos pegados frente al televisor para verlo jugar ante el Getafe y si, Dios no lo quiera, volvemos a perder, el domingo siguiente volveremos a recibirlos tocándoles las palmas. Viva mi Betis.